Aunque no ha desaparecido en el guardarropa de muchas mujeres, en esta temporada el look masculino hace su entrada con pasos muy firmes dentro del grupo de tendencias que representan a la primavera- verano 2008.
Una de las piezas claves en esta tendencia es el esmoquin femenino. Su creación se atribuye al diseñador francés Yves Saint Laurent, el fue el pionero al mostrarlo sobre las pasarelas y los escaparates más exclusivos del mundo. Sin embargo, antes que él muchas mujeres habían coqueteado con la idea de llevar sobre sus cuerpos ropa masculina para proyectar poder y libertad en épocas en que eran algo prohibido..
Miremos el ejemplo de George Sand. Este era el pseudónimo de Amandine Aurore Lucile Dupin, una de los precursoras del movimiento hacia la libertad femenina. Una gran novelista de su tiempo, George Sand se dio a conocer tanto por sus numerosos romances como por su irreverente estilo de vivir y de vestir.
Se convirtió en la comidilla para las damas de la alta sociedad parisina en el siglo XIX , al pasearse por las calles vestida con trajes para hombres.
Un siglo después las mujeres no sólo tenían libertad, tenían el poder de elegir. Elegir sus esposos, elegir sus carreras, elegir que ropa llevar. Luego de que Saint Laurent innovara la moda femenina gracias a una pieza revolucionaria como el esmoquin, las mujeres lo adoptaron por la comodidad y elegancia que representaba al mismo tiempo.
Bianca Jagger fue uno de esos iconos de estilo que en los 70 hizo que las adeptas al mundo de la moda siguieran su ejemplo al llevar el esmoquin. De la misma forma una desenfada Nam Kempner logró connotación al visitar un restaurante newyorkino. El portero le prohibió la entrada ya que no se aceptaban mujeres en pantalones, aún encontrándonos en pleno siglo XX. Ella, con su gracia natural decidió quitárselos y entrar del brazo de su esposo vestida únicamente con la chaqueta del conjunto.
No está de más citar la década 80 del siglo pasado, las grandes hombreras en chaquetas de corte perfecto junto la audacia y desenfado mostrados en la televisión en series como Dinastía, contribuyeron a afianzar el uso del traje de chaqueta por las mujeres.
En esta temporada varios diseñadores han puesto “su ojo clínico” en sus versiones del look andrógino, protagonizado nuevamente por el esmoquin y las piezas conocidas anteriormente como puramente masculinas.
Las colecciones presentadas en las grandes capitales de la moda apuestan por la tendencia masculina como la más aplaudida de la temporada. Desde aquellos que tienen un nombre hecho como Yves Saint Laurent, Gucci, Karl Lagerfeld, Armani, Nina Ricci, hasta aquellos que comienzan poco a poco a dejar su sello distintivo como Thakoon y Phi.
La innovación viene con piezas de última como son los pantalones pitillos, la cintura alta, así como faldas a la altura de la rodilla para aquellas que se identifican con la elegancia. Tejidos novedosos como el polietureno acompañan también a este look, que aunque tiene ya siglos de haber sido concebido en la mente de una mujer, hoy debe hacer valer los avances del nuevo milenio.
Aunque el poder de una fémina viene desde su interior sin depender de la ropa que se ponga, sacar a flote el perfil masculino que lleva dentro no está demás, ya sea por pura diversión o para infundir respeto llevando corbata. Las que se consideran adeptas a la tendencia deben elegir un pantalón que se ajuste a sus medidas, una camisa blanca por su cualidad de esencial en el guardarropa, una chaqueta de buen corte que aporte elegancia y distinción, y por último pero no menos importante, una flor en la solapa. Sin duda nada más femenino para cerrar con broche de oro un look inspirado en los hombres.
Artículo publicado en la sección La Vida del Listín Diario en fecha 8 de marzo 2008.