sábado, 4 de diciembre de 2010

El día en que dijimos ¡No más!




Sucedió un día como hoy hace 47 años. Tres mujeres emprendedoras se levantan de sus camas justo al amanecer, aquel lugar parece mágico y más aún a tempranas horas de la mañana. La mayor de ellas se pinta los labios de carmín, la más pequeña recoge sus largos cabellos en una hermosa trenza y la mediana arregla cuidadosamente la falda de su vestido. Las tres son conocidas por ser mujeres de temple, que no negocian sus valores y formación, mujeres que luchan por la libertad.

Dan los últimos detalles antes de salir de su casa, arriban el vehículo que las llevaría a encontrase con sus esposos, presos por un régimen de horror. Talvez nunca imaginaron que aquel viaje las conducía a la muerte. A mitad del camino la carga negativa comienza a sentirse, los verdugos se acercan. Palos y garrotes en mano golpean sin piedad a las tres mujeres, después del sufrimiento expiran y en lugar de sus cuerpos aparecen tres mariposas.

Las heroínas de apellido Mirabal, dejaron tras su muerte más de una lección. Sus cuerpos quedaron sin vida, pero sus almas siguen presentes; este hecho motivó a más de una mujer a agruparse en grupos sociales para luchar contra la violencia de género. Tras varias propuestas finalmente el 25 de noviembre de 1981 se realiza en la capital colombiana el Primer Encuentro del Movimiento Feminista Latinoamericano y del Caribe, a partir de aquí año tras año todas las organizaciones feministas alrededor del mundo desarrollan campañas y acciones para llamar la atención de la opinión pública y de las autoridades y denunciar los miles de casos que año tras año cobran vidas femeninas. 

Finalmente el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó oficialmente celebrar mundialmente cada año el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La propuesta fue presentada por la República Dominicana siendo apoyada por 60 países, eligiendo este día para recordar la memoria de las hermanas Mirabal y la de muchas mujeres que alrededor del mundo sufren todo tipo de maltratos, muchas veces sin poder encontrar el apoyo necesario al sufrimiento que padecen.

Desde entonces ha sido bastante largo el camino recorrido, los datos arrojados en numerosas encuestas realizadas en todo el mundo indican que el principal motivo de lesiones en las mujeres es causada por la violencia física perpetrada por su pareja. Pero el maltrato al género femenino va mucho más allá, tiene que ver incluso con el aspecto cultural de los países, en muchos de ellos extirpar el clitoris de una niña, negarle los servicios de salud y educación a una mujer y obligarla, incluso, a pagar para contraer matrimonio son algo al parecer común.

Una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de abuso en el transcurso de su vida. Cuando hablamos de violencia de género nos referimos a cualquier tipo de abuso que deliberadamente se cometa contra una mujer, desde violaciones de niñas por parte de personas cercanas, hasta la golpiza que recibe una mujer en su casa por parte de su pareja, pasando por la desconsideración que sufre una profesional cuando en su trabajo gana mucho menos dinero que un hombre que cubre la misma posición, o la humillación de que es víctima en la calle con aquellos piropos subidos de tono, muchas veces, por el contexto de las palabras, preferimos llamarlos insultos.

La violencia contra las mujeres lastima no sólo sus vidas, sino también las de sus familias y allegados. Destroza sus futuros y la capacidad que tiene la mujer de construir vida, y no hablamos sólo de llevarla en su vientre, sino también de su habilidad para edificar, crear mejores condiciones de vida para su familia y su comunidad y para promover el cambio positivo.

Por esta razón las diversas organizaciones que agrupan a las mujeres llevan sus esfuerzos al punto máximo promoviendo leyes que protejan a las féminas en aquellos países donde, en base a la cultura, dictan normas abominables que justifican su maltrato. También mediante programas que eduquen a la población masculina sobre el daño que provocan al golpear o causar cualquier tipo de maltrato y, sobre todo, educando a la mujer, aumentando su austoestima y alimentando en ellas el valor para poder decir: No más.


Este artículo forma parte del fascículo No + Violencia contra la mujer. 2008
La ilustración es de Laura Olivo.