lunes, 20 de diciembre de 2010

Bebé en camino: Entrega especial para Mariela Encarnación.

Me encantó conversar con Mariela, es súper simpática, expresiva y lo mejor, no tiene aires de diva. Dentro de unos cuantos meses se convertirá en madre y quería compartir la noticia con todos nosotros. Este artículo fue publicado el pasado domingo en Espectáculos. Buena suerte para Mariela y los mejores deseos del mundo.




Mariela Encarnación se ha ganado a pulso un lugar importante en el mundo del espectáculo nacional. Talento y disciplina han servido para que cruzara nuestros mares, y llevara al extranjero la mejor muestra de la dominicana talentosa y carismática.

Un “no sé qué” la hace diferente y refrescante. Con una carrera de más de 10 años en los medios de comunicación, donde se incluyen sus trabajos como modelo y actriz, Mariela con pasos bien pensados, ha trazado con buen ejemplo un futuro prometedor como mujer y profesional.

Muy pronto verá realizado un sueño presente en la vida de muchas mujeres. Se convertirá en madre de un precioso niño que llevará por nombre Guiseppe Emanuelle Russo, y como nos cuenta vive con anhelo cada día de preparación para recibir a su primer retoño.


Sorpresa, sorpresa

“Honestamente mi embarazo no fue planificado” cuenta Mariela. “Me hice la prueba tres veces para confirmar, el resultado siempre fue positivo y mi pareja y yo quedamos impactados con la noticia. Si bien no estábamos buscando a nuestro bebé, debo decir que llegó en el momento indicado para nuestras vidas, en todos los aspectos. Nosotros estamos listos para vivir esta etapa tan hermosa”.

Sus familiares fueron los primeros en saberlo, y como nos dice literalmente se les iluminó el rostro. “Todos están felices, sobre todo mi hermana Yonaira quien está disfrutando conmigo este milagro de la vida. Ella también está esperando un hijo y no porque esté embarazada, sino porque Guiseppe Jr. también es su hijo. Por otra parte, mis amigos me miran con más ternura, no he dejado de recibir regalos desde que supieron la noticia, y mi prometido me consiente por partida doble. Me siento muy afortunada”.

Este bebé viene a marcar una nueva etapa en la vida de Mariela y su pareja, ya que ambos serán padres por primera vez. La relación con Guiseppe, su compañero de más de cuatro años, se verá coronada con boda. Los planes que tenían para los primeros meses del 2009 siguen viento en popa y se llevarán a cabo tras el nacimiento del niño.


Una carrera que no está en pausa

Este embarazo lejos de frenar una carrera internacional que promete mucho, viene a inyectar más vigor a sus proyectos profesionales, ya que tendrá una razón más fuerte que la impulse a trabajar para lograr cada una de sus metas. 

“Sigo feliz con Mega TV, me consienten con mi embarazo como la hacen las mejores familias. Me han permitido vivir con ellos el crecimiento de un canal que empezó a nivel local y ya en dos años se transmite en Estados Unidos y Puerto Rico con producciones que cada día le suman calidad a la estación. Fuera de la televisión estoy involucrada en el negocio de los lentes de sol, representamos las más reconocidas marcas y aquí en Miami vamos por tres tiendas, lo que refleja que gracias a Dios los planes y proyectos siguen caminando muy bien”.

Espera poder recuperarse con éxito tras el parto para retomar sus labores con normalidad, pero sobre todo desea pasar la mayor parte del tiempo con el pequeño Guiseppe y disfrutarlo mucho durante ese primer añito de su vida futura.


“Un milagro, un privilegio”

No es un secreto para nadie que el embarazo produce un cambio total en la vida de una futura madre, Mariela no es la excepción a la regla. Se siente inmensamente feliz, con las emociones a flor de piel. Lo más hermoso según nos cuenta, es entender, apreciar y agradecer a su mamá por todos sus esfuerzos. 
“Voy comprendiendo el grandioso milagro y privilegio que se nos otorga al poder dar vida. Valoro y amo más a mami que nunca antes, por haberme dado tanto de lo que yo espero darle a mi hijo”. 

La magia de la maternidad se siente en cada día del calendario desde que sintió al pequeño Guisseppe en su vientre. Su sensibilidad es más aguda que nunca, sus lágrimas brotan con más frecuencia y la capacidad de amar crece cada día más. “Es un estado de vulnerabilidad indescriptible para el que no alcanzan las palabras”, dice Mariela.

Los malestares no escaparon del proceso. “Tenía que comer desde que me despertaba para evitar las nauseas, ahora estoy trabajando con mucha energía para hacer ejercicios, cumplir con mi trabajo y hacer todas las actividades del día sin que esto me afecte”.


Un mundo que se transforma

“Hay un refrán que medito mucho últimamente: Solo aprendemos a ser hijos después que somos padres, solo aprendemos a ser padres después que somos abuelos, definitivamente esta espera ha cambiado completamente mi perspectiva de vida”.

Sigue contándonos, “todo empezó cuando vi su primera imagen en la ecografía, pero lo más increíble son las primeras pataditas, ahora me paso fácilmente una hora con la mano en el vientre para ver si las vuelvo a sentir. Si Dios quiere el bebé nacerá aquí en Estados Unidos, en un hospital que queda muy cerca de nuestra residencia”.

“Imagino que el reto más grande que tendré es llevar una vida consciente de que seré un espejo para mi hijo. Que mis decisiones afectarán para bien o para mal su desarrollo y su aprendizaje. Seré evaluada, observada y estudiada por esa personita que dependerá totalmente de mi y de su padre”.

En un mundo donde los anti valores parecen ser cada día más apreciados Mariela está consciente de las cosas buenas que desea inculcar a su hijo. La fe en Dios, el respeto, la honradez, la honestidad y el valor para que enfrente sus desafíos con dignidad siendo fiel a sus principios en toda circunstancia.

Con la emoción y las expectativas puestas sobre la vida de cinco meses que lleva en el vientre, el cual con gracia continúa expandiéndose, Mariela se despide con la esperanza puesta sobre ese bebé que ha venido a cambiar su vida por completo, agregando más puntos positivos en su recorrido por el camino de la vida.

“Sueño que mi hijo sea saludable y feliz. Que nosotros, sus padres, le podamos dar todo lo que necesitará para formarse como un ser humano sano, generoso y auténtico. Que nunca dude que es un ser amado que vino a este mundo para celebrar la vida cada instante, sin temores y sin la más mínima duda de que Dios tiene el control de su vida. Ese es el mayor sueño que tengo para mi bebé”.


Artículo publicado en la sección Espectáculos. La Vida, Listín Diario.